La postura y ergonomía es muy importante imagina que tu cuerpo es como un coche de lujo. No cualquier coche, sino uno de esos que cuestan millones y que requieren el mejor mantenimiento para funcionar bien. Ahora, piensa en lo que le pasa a ese coche si lo usas mal, lo estacionas en posiciones raras o simplemente lo fuerzas demasiado. Exactamente, se desgasta, se arruina y termina en el taller antes de tiempo. Pues lo mismo pasa con nuestro cuerpo si no prestamos atención a nuestra postura y ergonomía en el trabajo.
Trabajar muchas horas sentado o en una posición incorrecta es una receta segura para los dolores de espalda, cuello y hasta problemas crónicos. Pero, ¡tranquilo! No todo está perdido. Con algunos ajustes en tu día a día, puedes evitar estos problemas y mejorar tu conocimiento sobre postura y ergonomía.
¿Qué es la postura y ergonomía en el trabajo y por qué es tan importante?
La postura y ergonomía en el trabajo no es solo «sentarse derecho». Se trata de adaptar tu entorno laboral para que tu cuerpo funcione de manera natural, sin forzar posiciones que puedan causar tensiones o dolores. Un espacio de trabajo ergonómico no solo mejora tu comodidad, sino que también aumenta tu productividad y previene lesiones a largo plazo.
Consecuencias de una mala postura en el trabajo
Si ignoras la importancia de la postura y ergonomía en el trabajo, podrías estar invitando a una serie de problemas que, aunque no los notes de inmediato, pueden acumularse con el tiempo:
- Dolor de espalda y cuello: Estar encorvado sobre tu escritorio por horas puede generar tensiones musculares que derivan en dolor crónico.
- Problemas en las articulaciones: Si tu escritorio, silla o computadora no están a la altura adecuada, puedes sobrecargar tus muñecas, codos y rodillas.
- Fatiga visual: Mirar la pantalla en un ángulo incorrecto o con mala iluminación puede forzar la vista y causar dolores de cabeza.
- Disminución de la productividad: El malestar físico disminuye tu concentración y energía, lo que afecta tu rendimiento laboral.
Claves para mejorar la postura y ergonomía en el trabajo
Afortunadamente, hacer pequeños cambios en tu espacio laboral puede hacer una gran diferencia.
1. Elige una silla ergonómica
No, no basta con cualquier silla. Una buena silla ergonómica debe:
- Tener soporte lumbar para mantener la curvatura natural de tu espalda.
- Ser regulable en altura para que tus pies queden planos en el suelo.
- Tener reposabrazos que permitan que tus codos formen un ángulo de 90 grados.
2. Ajusta la altura de tu escritorio
Tu escritorio debe estar a una altura que te permita mantener los hombros relajados y los brazos en un ángulo cómodo. Si está demasiado alto o bajo, podría generar tensión en los hombros y muñecas.
3. Posición de la pantalla del ordenador
- La parte superior de la pantalla debe estar a la altura de tus ojos.
- Mantén una distancia de al menos 50 cm entre tus ojos y la pantalla.
- Ajusta el brillo y contraste para reducir la fatiga visual.
4. Usa un teclado y ratón ergonómicos
- Mantén las muñecas en una posición neutra.
- Usa un reposamuñecas si es necesario.
- Evita la tensión innecesaria en los dedos y muñecas al escribir o hacer clic.
5. Toma pausas activas
Tu cuerpo no está diseñado para estar inmóvil por largos períodos. Cada hora, levántate, estírate y camina unos minutos. Esto mejora la circulación y reduce la rigidez muscular.
6. Mantén una buena postura
- Mantén los pies apoyados en el suelo.
- Relaja los hombros y evita encorvar la espalda.
- Mantén la cabeza alineada con la columna.
Ergonomía en el teletrabajo: no descuides tu espacio en casa
Trabajar desde casa no significa que debas sentarte en el sofá o en la cama con la laptop sobre las piernas. Si haces teletrabajo, también necesitas un espacio bien adaptado:
- Usa una silla y escritorio adecuados.
- Evita trabajar desde la cama o el sofá.
- Ajusta la iluminación para evitar reflejos en la pantalla.
- Haz pausas activas para moverte y estirarte.
Conclusión: Pequeños cambios, grandes beneficios
La postura y ergonomía en el trabajo no es un lujo, es una necesidad. Invertir en un espacio de trabajo cómodo y saludable no solo previene dolores y lesiones, sino que también mejora tu bienestar y productividad. ¡Recuerda que solo tienes un cuerpo y merece ser cuidado como el mejor coche de lujo!